¿Te has preguntado alguna vez cuál es el origen de tus miedos? O ¿por qué te gusta más un color en específico? ¿Qué tanto de lo que pasa en tu vida de adulto crees que se relacionan con tus experiencias en la primera infancia?

Estás y muchas otras preguntas rondaron nuestras cabezas en aeioTU durante el 2008, el año en el que decidimos invertir en una estrategia de impacto social.

Llenos de curiosidad, empezamos a investigar y encontramos diversos estudios que nos daban algunas luces, entre ellos el del premio Nobel de economía James Heckman, quien analizó los datos de un proyecto que hizo hace más de 50 años el equipo del Perry Preschool Project.

El proyecto puso especial atención a la relación entre aprendizaje y desarrollo, el juego intencionado, lo materiales de uso abierto, las interacciones entre niños y adultos, y las rutinas consistentes pero flexibles. Sus resultados cambiaron para siempre la trayectoria de la educación en la primera infancia y nos dieron las primeras pistas para responder a nuestras preguntas y decidir invertir tiempo y recursos en la educación infantil.

James Heckman mostró que una educación de calidad en la primera infancia tiene un impacto positivo en los niños, niñas y en las comunidades en las que viven. Entre otras cosas, quienes participaron en el programa tienen menos embarazos adolescentes, mayor probabilidad de terminar la secundaria, mayor probabilidad de tener un trabajo estable y tienen mayores ingresos.

La intervención costó $15.166 dólares. Se calcula que, por cada dólar invertido, ha retornado $12.90 dólares. Además, por ejemplo, sólo el ahorro en términos de costos sociales asociados a crimen se calcula en más de $171.000 dólares. Sumadas a las de otros estudios longitudinales que se han hecho desde entonces, estas cifras muestran que el desarrollo de la primera infancia es una de las inversiones más costo-efectivas que puede hacer la sociedad para garantizar los derechos de los niños, construir capital humano y promover el desarrollo sostenible.

Por otro lado, los avances en neurociencia también permiten proyectar las consecuencias negativas de no invertir en el desarrollo de la primera infancia. Hoy sabemos que las experiencias tempranas afectan para siempre la arquitectura del cerebro. Aunque los genes establecen algo así como el bosquejo del desarrollo, son las experiencias las que determinan las herramientas de las que dispondrá un niño o niñas para el resto de su vida. Así, por ejemplo, el estrés tóxico, que se da en situaciones de abuso o abandono, debilita las conexiones entre las neuronas en las áreas del cerebro dedicadas al aprendizaje.

Hoy en día, sin embargo, más de 200 millones de niños y niñas (UNICEF) están en riesgo de no desarrollar su potencial en la primera infancia. En la mayoría de los países menos del 50% de los niños menores de 5 años participan de programas educativos. Quienes no lo hacen son los niños más vulnerables, profundizando desigualdades que probablemente seguirán ampliándose con el transcurso de los años.

Con todas estas razones como base, llenos de ilusión y con mayor conciencia sobre los retos y el potencial de la primera infancia, en aeioTU nos comprometimos a trabajar incansablemente para asegurar el desarrollo pleno del potencial de todos los niños para que se conviertan en adultos libres, líderes, empáticos, responsables y felices. Fue así como construimos el primer currículum para primera infancia. Dicho currículo es llamado Experiencia Educativa aeioTU y está inspirado en la filosofía educativa Reggio Emilia, considerada por la Unesco como una de las mejores para la primera infancia. Por medio de este currículo, los niños aprenden mediante la exploración, el arte y el juego, además, ellos mismos son los protagonistas del aprendizaje a partir de sus propios intereses.

Un estudio longitudinal realizado por La Universidad de los Andes y el Instituto NIEER de la Universidad de Rut-gers, demostró que, después de 8 meses de los niños disfrutar y aprender con la Experiencia Educativa aeioTU, existen diferencias significativas en el desarrollo cognitivo de los niños, además evidenció que sus papas juegan más, usan menos castigos punitivos y participan más en espacios democráticos, lo que evidentemente mejora la calidad de vida de los niños, sus familias y la comunidad; y contribuye al cierre de la brecha entre niños de familias de altos y bajos ingresos.

Actualmente, en aeioTU operamos a través de un modelo de negocio innovador y flexible, para brindar servicios, inspirar y conectar el ecosistema de la primera infancia a través de 4 líneas estratégicas de negocio:

Operación Directa: Operamos centros privados para familias de altos y medianos ingresos, y centros públicos en alianza con el Gobierno en comunidades vulnerables.

Consultorías y Proyectos: Compartimos nuestro conocimiento, apoyamos el desarrollo de capacidades y promovemos el cambio sistémico en las comunidades.

Red aeioTU: Construimos una plataforma digital para crear comunidad global de aprendizaje social, donde padres, cuidadores, maestros y organizaciones educativas pueden compartir sus experiencias, conocimientos y prácticas para fomentar el pleno desarrollo de cada niño o niña.

Abogacía e incidencia: Movilizamos actores y organizaciones, en torno a la agenda de la Primera Infancia, fortaleciendo la participación de las autoridades locales, el sector privado, la academia y las organizaciones sociales.

Durante estos 15 años de trabajo, hemos logrado impactar la vida de más de 800.000 niños y niñas, hemos fortalecido las habilidades y conocimientos de más de 59.000 educadores, hemos influido en las prácticas de crianza de más de 1.000.000 de familias y cuidadores y hemos enriquecido el funcionamiento de 4.800 instituciones educativas.

Además, este impacto cada vez tiene mayor alcance. En febrero de 2022, ante las alarmantes cifras de abandono e interrupción de la educación de los niños a nivel global, Greater Share, una importante ONG inglesa, consolidó un innovador modelo de inversión filantrópica consistente en un “fondos de fondos” que se centra en transformar la educación de los niños y niñas en comunidades desatendidas de todo el mundo, mediante el apoyo a las ONG que implementan modelos innovadores de educación centrados en el niño y la niña.

Más de 4000 ONG alrededor del mundo participaron en este riguroso proceso de selección, en el cual aeioTU y otras 7 ONG´s especializadas en educación, fueron seleccionadas para beneficiarse de la asistencia de la comunidad de empresarios miembros del fondo y contarán con el apoyo filantrópico que les permitirá aumentar aún más su impacto.  aeioTU es la única organización seleccionada por el fondo en Latinoamérica.

“Gracias a estos fondos, podremos acelerar, crecer y consolidar el impacto que aeioTU genera en los ecosistemas de primera infancia. No solo en Colombia sino también en México y Centro América.  Nuestra visión es poder escalar nuestro impacto para transformar las vidas de 4’500.000 niños.” Manifiesta María Adelaida López, Directora Ejecutiva de aeioTU.

Nuestra Experiencia Educativa aeioTU ha sido reconocida por Hundred y el Banco Interamericano de Desarrollo BID, como una de las 15 principales innovaciones en educación que fomentan las habilidades del siglo 21 en América latina y el caribe.

Por otro lado, en el año 2022, fuimos reconocidos con el LEGO Prize, por nuestra contribución destacada a la vida de los niños y niñas, y a la transformación de la educación.

Dichos reconocimientos nos motivan aún más a continuar trabajando por lograr un mundo que entienda a los niños como seres capaces, libres, felices, plenos de derechos y agentes de cambio en sus comunidades. Nuestro compromiso está en escuchar a los niños, a sus familias, maestros y cuidadores y en continuar articulándonos con otros para promover educación universal con calidad que permita cerrar brechas sociales, transformar de manera conjunta la realidad de la primera infancia e impulsar un círculo virtuoso de desarrollo social.